sábado, 25 de noviembre de 2023

Lluvia de Noviembre

                                                  Cáceres: Ciudad Antigua



Llueve torrencialmente sobre las piedras milenarias de la ciudad dormida.

 

La luz de los focos que iluminan las fachadas palaciegas y las torres desmochadas, se ha vuelto de  un color amarillo intenso. Se me antoja el aliento de espíritus inquietos torturados en los siglos más oscuros del medioevo.

    

  Hay un misterio tal en el aire acuoso de la  noche, cuando la lluvia empapa el alma de esta ciudad sedienta, que hasta el trasiego del escaso tráfico nocturno parece amortiguarse.

 

  Cada ráfaga de viento huracanado pareciera golpear la placidez y el sueño de siglos de quietud de la ciudad ausente. El cielo se anaranja por poniente.

 

  Por el parque desierto, cruza la sombra errante de un hombre solitario. Quizás vaya escapando del hastío que supone vivir sin horizontes ni esperanzas. O tal vez sólo huya de su propio destino.

 

  Golpea furiosa la lluvia contra los  adoquines, arrastrando en su ira las pocas hojas muertas que quedaban asidas a las ramas de los sufridos plátanos de sombra.

 

  El cielo se desangra en agua negra y el aire se satura de una humedad perversa que ataca la garganta de la noche.

 

  ¡Qué monstruo inesperado puede hacerse la lluvia  cuando baja sedienta de torrentes! 

 

 Esta no es la misma lluvia que en los postreros días de septiembre regaba suavemente los parterres donde las margaritas y las rosas sonreían a un otoño- bebé, recién nacido.

 

   Pasada la tormenta, la ciudad solitaria retornará a  dormir su sueño milenario de doncella encantada.

 

 Y, cuando asome el alba por detrás de las torres, nos  mostrará orgullosa su preciosa silueta de pétrea desnudez recién bañada y perfumada con las más exquisitas y excitantes fragancias traídas del último confín del universo .